Una esquina cualquiera en la ciudad de Montevideo, donde todavía quedan veredas anchas con grandes árboles de copas frondosas hay un pequeño café que abre sus puertas bien tempranito en la mañana, está justo en la esquina y tiene tres puertas y tres ventanas, Andres es un señor grande, no es viejo pero tiene todo su cabello color plata, un gran bigote negro, es alto y tiene una gran panza, el todas las mañanas apronta el café después abre las ventanas y por ultimo las puertas en ese momento se encuentra con sus amigos los gorriones y las palomas que lo esperan para qué les de migas de pan. Alguna vez Andres es tan despistado qué se olvida de darles las migas y ellos se ponen delante de la puerta y empiezan a piar como si les pidieran comida , entonces Andres se acuerda de sus amigos y sale a la vereda diciéndoles, "perdonen chicos me olvide de ustedes, ya voy ahora les traigo pan", entra en el café y le dice a su señora "Tenes algo para darles a mis amigos" ella le responde "¿Ya están los gorriones en la puerta? ya te doy pan tengo algo de ayer" y le da un pedazo de pan, Andres desmenuza el pan lo tira en la vereda entonces es cuando se ve todos los gorriones y palomas qué vienen todos a comer y es muy gracioso ver como las palomas pelean a los gorriones y también entre ellas para ser las únicas qué coman, son unas angurrientas siempre tienen hambre. La mañana sigue su curso, Andres apronta las mesas y atiende a sus clientes unos vienen a comer otros solos a tomar un café y a pesar el rato mientras su mujer está en la cocina preparando cosas ricas para comer, Andres va a llamar a sus hijos a los cuatro dos ya son grandes y dos son chicos y ahora están de vacaciones así qué papá Andres los despierta para que aprovechen el día. Después de llamar a sus hijos Andres sigue con sus tareas, pero nunca olvida de sus amigos y durante todo el día sale de vez en cuando a darles migas de pan o bizcocho para qué siempre coman algo y así un día tras otro pasa siempre lo mismo, menos los domingos, ese día no está cerrado y los pájaros se sienten abandonados por lo cuál Andres les da migas de pan por la ventana de su casa que está pegada al café y así pasan los días.
Esta es la historia de unos amigos qué nunca se hablan pero se entienden.
Hola Joaco!! está muy buena la entrada que lograste!...está muy bueno realizar entradas como esa porque incluir a tu compañera de clase nos pareció muy interesante. ¡¡seguí haci!!
ResponderEliminarGracias Suerte para ustedes tambien
EliminarMe encantó! muy linda la historia de Eva! que siga adelante suerte joaquin besos!
ResponderEliminarGracias Cande Me alegro de que te allá gustado
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